A las 12 comenzó la reunión en el rectorado de la Universidad. Había varios temas en agenda, pero el que se imponía era el referido a los hechos ocurridos el miércoles de la semana anterior en Ciencias Médicas. Ese día la Policía Federal ingresó, sin usar la violencia, al bufet de la unidad académica para clausurarlo y desalojarlo.

La intervención de las fuerzas de seguridad fue luego de que el decanato, a cargo de Jorge Martínez, realizara una denuncia ante la Justicia Federal platense. Días antes del desalojo el decano había dispuesto el cierre del comedor para repararlo y luego concesionarlo, pero esa decisión no fue aceptada por los alumnos. Frente a ese escenario, las autoridades de Medicina hicieron una presentación que desembocó en el operativo policial.

El procedimiento generó el malestar de los alumnos, quienes se dirigieron el viernes anterior al rectorado para pedir que interceda ante el conflicto. Además, el presidente Azpiazu se expresó públicamente en contra de la presencia de la Federal en una dependencia de la UNLP y pidió que ese problema se solucione a través del diálogo.

TENSION

Frente a ese escenario, ayer hubo un encuentro entre los representantes de las 17 facultades, entre decanos y vicedecanos, y el rectorado. El tema principal y con el que coincidía la mayoría es que el ingreso de las fuerzas de seguridad a un área de la Universidad debe ser previamente informado a la presidencia, o en su defecto al consejo superior. Cuerpo que debatirá en 20 días esa cuestión.

Sin embargo, el encuentro no sólo sirvió para sentar posición acerca de lo sucedido, sino que también puso frente a frente al presidente Azpiazu y al decano Martínez, quienes días atrás habían protagonizado un cruce mediático. Mientras el rector había repudiado la presencia de la Policía en la Facultad, el responsable de Ciencias Médicas se mostró sorprendido y puntualizó que en 2007 -cuando fue reelegido Azpiazu en la localidad de 25 de Mayo- el rectorado llamó a la Policía.

La hostilidad de los días anteriores volvió a reflejarse ayer, ya que hubo fuertes discusiones entre ambas autoridades. Una fuente confiable dijo: "hace años que participo de reuniones universitarias, pero nunca vi nada igual. Porque una cosa es debatir ideas y otras es ver a alguien que acusa de mentiroso al otro".

Ante esa situación, este diario se comunicó con el presidente de la UNLP, quien se excusó y sostuvo: "que hable quien quiera, quien tenga que hablar y que diga lo que le parece. Pero de este tema yo no hablo más". En tanto, tampoco se pudo obtener la palabra del titular de Medicina.

Por su parte, Raúl Perdomo, vicepresidente de la UNLP, detalló que "no se hablaron cosas distintas de lo que salió en los medios. Hasta ahora había sólo una discusión indirecta, nada más que hoy (por ayer) se dijeron lo mismo cara a cara. Fue una charla enérgica, vehemente, pero civilizada. Son dos personas de bien que tienen dos posturas muy distintas acerca del manejo universitario: Azpiazu es un institucionalista y, evidentemente, Medicina desvía esa línea".

Ana Barletta, decana de Humanidades, precisó: "la mayoría apoyó la postura del presidente, en el sentido de que las facultades deben pensar cómo resolver sus conflictos y notificárselo a la presidencia sin llamar a la policía".

Además, destacó que "el presidente ha logrado sentar a todos los decanos en una misma mesa. Fue valiente y planteó con franqueza su postura delante del decano de Medicina".

Tras el encuentro se resolvió que el consejo superior debata qué órgano debe ser el encargado de autorizar el ingreso de las fuerzas de seguridad a la UNLP, ya que hasta el momento no hay legislación vigente que sea explícita al respecto. También se hablaron otros temas como la adecuación de distintas normas ante la entrada en vigencia del nuevo Estatuto.

www.eldia.com.ar